En un lugar de la mancha ...

Saturday, January 20, 2007

La enciclopedia del abuelo Vigón

Espasa Calpe, 1922-1959 Si pinchais arriba en el título iréis a un artículo que muestra el espíritu que animaba a los conceptores de esta prodigiosa obra de inicios del siglo XX.

Friday, January 12, 2007

¿Qué fue de los libros de Jovellanos?

En Cabueñes
[recuerdo a mis primos][Hay una información testifical sobre estos hechos, recogida por Castillo, 1820]
Señor Director de El Comercio:

Muy Señor mío, ahora que estamos en época de recuerdos jovellanistas, quiero narrarle brevemente un suceso, probablemente desconocido por los historiadores y del que yo tengo conocimiento por haber intervenido en él mi tatarabuelo.

El 9 de junio de 1809, el Regente de Jurisdicción y Alférez Mayor de Siete Villas, don José de Alvear, mandó aviso a don Francisco de S. (que ya había intervenido con el batellón de Estudiantes, por él fundado, en la desdichada batalla de Cabezón, notificándole la llegada al puerto de Quejo de dos embarcaciones francesas con un considerable cargamento "Dado el estado de alarma -decía el aviso- que reina entre los moradores de esta comarca, creo sería conveniente arrojarlos por lo menos del puerto". Salió Solano para Quejo con su gente y tras una escaramuza consiguió apresar las dos embarcaciones y todos sus tripulantes con el cargamento, que consistía en una crecidísima cantidad de algodón, añil, gran número de armas y ropas para el ejército francés, "Y parte de la biblioteca de don Melchor Gaspar de Jovellanos", Las naves procedían de Gijón e iban, por orden de los generales franceses Bellerman y Ney, al puerto de Bilbao. Se entrevistó S. con Porlier en Santoña (donde éste se había retirado ante la presión de las tropas francesas, que habían invadido la capital de la provincia) y le ´dió parte del hecho de armas y le notificó que los prisioneros, el cargamento y las embarcaciones las había en "lugar seguro a su disposición". Lo que no puedo decirle es a dónde fueron a parar los libros del ilustre gijonés, en definitiva.

Don Francisco de Solano y de Ortiz (1971-1834) fue, entre otros muchos cargos, vicepresidente de la Junta Suprema de Gobierno, Armamento y Defensa de la Ciudad de Santander y Regidor Primero del Ayuntamiento de dicha ciudad. Su vida podría servir de argumento de una novela de aventuras, pero esa es otra historia ... y yo no soy ni historiador, ni novelista.

Y de lo dicho puede usted hacer el uso que considere oportuno.
Arturo Solano Campuzano

Mariano CoronasCompartamos la alegría con Mariano y su gente que le apoya y le ayuda a seguir adelante en su lucha por la buena alfabetización.

Casi verano

Jardin otoñal: el caqui en primer término
Pues sí, en estos meses pasados en aquellas tierras quijotestas, el tiempo era dulcísimo.

Decía sabiamente Antonio Muñoz Molina, en 1992:

"El desastre que anuncian los informes de los metereólogos (...) tiene en la ciudad una apariencia casi lírica de verano prematuro, de primavera tranquila que puebla de veladores y de pájaros las calles que hace nada ocupó el invierno. Nadie se acuerda de cuando fue la última vez que vio llover, porque en la ciudad, en las ciudades, muy poca gente echa de menos la lluvia, la conciben como un fondo tedioso para los cristales opacos, como un contratiempo que interfiere el tráfico y vuelve difíciles los taxis. El agua en la ciudad sale dócilmente de los grifos, no cae del cielo ni brota de los manantiales de la tierra. (...)

Para la gente del campo, la que todavía queda, la lluvia es otro de los dones que le han arrebatado con inexplicable crueldad los tiempos modernos. Ven que se pierden las cosechas, que se trastornan los cielos de las estaciones, y mueven la
cabeza con un pesado sentimiento de estupor y despojo, acordándose de (...)

Los días de aceituna, en invierno, si al despertarnos oíamos la lluvia, era que nos podíamos quedar tranquilamente en la cama, y su sonido hacía más dulce el calor de las mantas o el de las ascuas del brasero. (...)27 de marzo de 1002, La Nueva España